Según la
Agencia de Protección Ambiental, millones de toneladas de hierro y acero de chatarra (vigas, recorte, latas,
materiales de construcción,…) se reciclan anualmente en el mundo. Los residuos
nucleares ponen en peligro la salud de los trabajadores expuestos y también
el medio ambiente. Afecta a la fundición
e industrias de fabricación de acero. Debido al aumento del comercio
internacional las industrias y los gobiernos están cada vez más preocupados. En
la chatarra el origen puede ser,
principalmente, militar o procedente de las industrias del petróleo y médicas.
Los gestores autorizados para el reciclaje
de hierros y/o metales, cada vez más, van adquiriendo equipos de detección de material radiactivo.
Los monitores de radiactividad de tipo pórtico son equipos fijos, sirven
para detectar e impedir la entrada o salida de fuentes radiactivas en los
vehículos que pasan lentamente entre sus detectores. También existen monitores
móviles o radiómetros que se emplean para revisar los montones de chatarra acumulados.
En España es el Consejo
de Seguridad Nuclear el encargado de velar por la seguridad ante
material radiactivo.
Precisamente el pasado 9 de mayo anunció que en la acería Siderúrgica Sevillana el pórtico de
entrada de chatarra detectó una fuente con Cesio-137 procedente de Kenitra
(Marruecos) (fuente: periódico El País)
El material era probablemente un gammagrafo industrial
tratado incorrectamente. No llegó a ser
incinerado, por lo que el suceso, no tuvo repercusión, según el CSN, ni para los
trabajadores de la instalación, para el público, ni para el medio ambiente”.
El CSN informó del
caso al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)
El tráfico mundial de chatarra
para las acerías es una preocupación para los reguladores nucleares.
En 1999, la acería de Cádiz incineró
una fuente radiactiva y la contaminación por cesio generó una nube radiactiva.
En 2001, la misma acería sevillana implicada ahora quemó otra fuente. Desde
entonces las autoridades han multiplicado los pórticos de control de radiación
a la entrada de estas instalaciones y en los principales puertos de entrada.
En uno de esos pórticos de control apareció la “fuente radiactiva huérfana
de cesio-137″, ya que dio un “alto nivel de radiactividad”, según un comunicado
del CSN. La chatarra había llegado en
barco al puerto de Sevilla y de allí por carretera a la acería. Según el
Consejo, “la instalación inmovilizó el camión en un lugar aislado del tránsito
de personas hasta la llegada de personal” encargado de aislar el origen de la
radiación.
Los técnicos, que llegaron a la acería el día 10, “no detectaron presencia
de radiación ni en la cabina del conductor del camión, ni en todo el perímetro
del mismo, excepto un ligero incremento en una zona pequeña de la parte
trasera”. Allí se encontró “un dispositivo de 13 centímetros de longitud, 13 de
altura y 13 de fondo, con un peso aproximado de 20 kilogramos, que sirve para
el control de procesos industriales. Estaba en mal estado, tenía el obturador
abierto y carecía de placas identificativas. En su interior había una fuente
radiactiva”.
El resto de lo que probablemente era
un gammagrafo fue enviado a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).
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Fuente: www. alertadigital.com; www.elpais.es
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