viernes, 23 de enero de 2015

El ciclo del reciclaje del aluminio



El ciclo del reciclaje del aluminio




            El reciclado del aluminio es un proceso complejo, en el que intervienen diversos factores. Tanto sus canales de recuperación como sus aplicaciones y mercados presentan múltiples posibilidades. El papel del recuperador se convierte en fundamental ya que se encuentra en el centro del proceso y colabora en forma decisiva para darle el mejor uso posible a un material que puede ser reciclado prácticamente en un 100%
El aluminio usado llega sobre todo por dos canales:
-          de los desechos del consumo ya sea doméstico o industrial (por ejemplo, cables eléctricos, planchas litográficas, latas de bebidas, otros envases y embalajes, desguace de vehículos, derribos, etc.)
-          de los recortes y virutas que se producen durante la fabricación de productos de aluminio.

Por lo tanto, para los recuperadores mayoristas, como es el caso de RECEMSA, pueden haber diferentes tipos de proveedores: la industria en general, fábricas, pequeños talleres, plantas de selección, minoristas, …, así como una creciente internacionalización del sector.
Existen  muchos tipos de aluminio distintos que se comercializa en el mercado de la recuperación, pero se pueden agrupar básicamente en cuatro: 
-                                 1- los productos laminados (planchas de construcción, planchas de imprentas, papel de aluminio, partes de carrocerías de vehículos…),
-                                 2-   los extrusionados (perfiles para ventanas, piezas para vehículos…),
-                               3-   los aluminios moldeados ya sea por gravedad o por inyección (piezas para motores, manubrios de las puertasetc.)
-                              4-    los trefilados para la fabricación de cables y otros usos.

La industria también clasifica el aluminio en primario, cuando se extrae de su mineral bauxita, y de segunda fusión, cuando su materia prima básica son  las chatarras y recortes de aluminio provenientes de aluminio ya usado y de recortes de fabricación.
Se utiliza aquí el término “chatarra” en sentido amplio, como desechos de productos metálicos ya utilizados, conscientes de que el sector recuperador aplica principalmente este término a los desechos de productos de hierro y acero.
Una vez llega el aluminio usado al recuperador o chatarrero,  éste se encarga de darle la mejor preparación para su comercialización. En el caso de los mayoristas, por ejemplo, tratan de estandarizar la calidad del material  para el cumplimiento de  las normas nacionales e internacionales que existen en el sectorPara ello, el comerciante de chatarras tiene que preparar el aluminio, separándolo de los restos de otros metales y materiales por diversos métodos ( manualmente, fragmentado, triturado, cizallado, etc..).
Es importante una buena clasificación del aluminio, para poder darle la mejor salida posible y un mejor uso en las fundiciones con una materia prima de mejor calidad. La chatarra suele ser prensada, ya que de esta forma el transporte resulta mucho más fácil.    
Tras estos necesarios procesos, se lleva el material a una fundición, que puede darle el mismo uso de origen, o usarlo para fabricar otros objetos. Después el fundidor o refinador lo convierte, mediante fusión, en lingotes , tochos, productos de desoxidación…etc.

Como se ha comentado antes, hay muchos tipos de aluminio recuperado, y cada calidad puede tener salidas diferentes. Según la pureza del material, éste será utilizado para una aplicación u otra. 
Dentro de los productos laminados, nos podemos encontrar, por ejemplo, con las latas, que se pueden usar para fabricar aluminio refinado para volver a hacer latas si son nuevas o han sido muy bien clasificadas a su llegada al recuperador y otros productos de aluminio.
También, dentro de los productos laminados, están los recortes de fabricación de muy diversas aleaciones,  que pueden ser utilizados para fabricar lingotes de  la misma o de diferentes aleaciones.
 El aluminio de chapas litográficas y cables eléctricos,  es un aluminio muy puro por lo que su aplicación en el reciclado es bastante amplia, utilizándose para la fabricación de aleaciones de alta pureza o, mediante mezcla, para reducir los porcentajes de aleantes presentes en otras chatarras recuperadas. Dada la versatilidad de utilización de estos materiales de alta pureza, su precio es el más caro del mercado de la recuperación.
El aluminio cárter procedente de llantas de coche, culatas, bloques o cárteres de motor, piezas de fundición, etc., se destina a la fabricación de lingotes con destino a ser fundidos y moldeados, siendo el porcentaje más alto de los lingotes que se producen por las plantas de segunda fusión, aproximadamente un 70% del total de su producción. Las mismas salidas tienen las virutas de aluminio, procedentes del torneo de piezas fundidas.

                                      Comercializar con aluminio 


            A la hora de comercializar con el aluminio, hay que tener en cuenta los factores que influyen en su precio. A priori, el más cotizado será siempre el material más puro, como es el caso del aluminio cable, que contiene un 99,7% de pureza,  por lo que se puede destinar para cualquier otro uso. Es decir, cuanto más puro es el material, más salidas puede obtener. 
El precio está condicionado, además, por los diferentes materiales aleados que contiene la chatarra. También una parte del aluminio recuperado, en efecto, puede tener revestimientoslacados, etc., con lo que su precio es más bajo por el efecto de las mermas y por los sofisticados sistemas de filtrado de humos que encarecen el reciclado. También hay que tener en cuenta que el aluminio está sujeto a la cotización de la Bolsa de Metales de Londres o LME y del dólar diariamente.
            Este hecho condiciona también el proceso del reciclaje, ya que cuando los precios caen se recupera menos material. En cualquier caso, gracias a que cotiza en Bolsa (LME), el del aluminio es un mercado abierto, por lo que los precios son los mismos en cualquier parte del mundo. Eso sí, la ley de la oferta y la demanda, como en cualquier otro sector, es la que dicta las pautas en cada momento.

                                                                             El refinador


               Las refinerías de aluminio son el último eslabón de la cadena de reciclaje de este material. Normalmente  sus compras exceden las 10 toneladas, por lo que sus suministradores son siempre recuperadores mayoristas. Cuando se ha llegado a un acuerdo de compra con ellos, se realizan análisis generales de la materia prima para verificar sus características. Además, cuando el material entra en la refinería, también se analizan muestras de cada camión para evitar introducir en el horno sustancias no indicadas para el proceso de producción de la refinería.
            En estas instalaciones, si funden latas de aluminio, por ejemplo, o cualquier otra chatarra con revestimiento, se produce la combustión de los mismos, siendo captados los productos de la combustión mediante unos filtros especiales por los que pasan los humos y así evitar la contaminación atmosférica. Para fundir este tipo de material se necesitan hornos especiales provistos de instalaciones de filtraje, que normalmente son más costosas que el propio horno. El producto final de las refinerías son los lingotes de aluminio, de medidas y aleación según la demanda del cliente.

Fundición de metales



EL PROCESO DE FUNDICIÓN  DE METALES

                                 
La fundición es el procedimiento más antiguo que se emplea para dar forma a los metales. Consiste en fundir y colar metal líquido en un molde que tenga la forma y tamaño que deseamos para que allí solidifique.
El molde se suele hacer en arena, consolidado por un apisonado (manual o mecánico) alrededor de un molde que se extrae antes de recibir el metal fundido. El tamaño de las piezas no tiene limitaciones desde una prótesis dental hasta un bastidor de una máquina.
Hay piezas que sólo se pueden fabricar fundiendo en un molde, no se pueden hacer con procesos como la forja, la laminación o la soldadura.
La posibilidad de fundir un metal o una aleación depende de su composición, temperatura de fusión y tensión superficial del metal fundido. Estos factores determinan su fluidez.

Hay tres tipos de fundición: en lingotes, en colada continua o en moldes. El más utilizado es el último.
El proceso de fundición es complejo. Se desarrolla como dos flujos de producción paralelos, que en determinado momento se unen para dar forma y terminación a la pieza que estamos elaborando.
Para alimentarse de materia prima las fundiciones no siempre parten de los yacimientos de los metales y/o hierro. Compran la chatarra a las plantas de reciclaje como Recemsa que clasifican y preparan los materiales para su correcta incorporación en los procesos de fundición.
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